Vertientes y Cuencas Hidrográficas de España

1. Vertientes Hidrográficas Españolas

La red hidrográfica española presenta las siguientes características:

Disimetría

La mayor parte del territorio peninsular vierte sus aguas al océano Atlántico, siendo menor el territorio que vierte al Mediterráneo. Entre las causas que lo explican está la inclinación de la Meseta hacia el oeste a partir del Sistema Ibérico.

Influencia del Relieve

  • Los grandes ríos peninsulares, excepto el Ebro, poseen cauces paralelos y relativamente equidistantes entre sí. En ello influye la disposición paralela del relieve, alternándose sistemas montañosos y ríos de norte a sur.
  • Los ríos que nacen en cordilleras paralelas a la costa son cortos, salvan grandes pendientes y poseen gran fuerza erosiva. Los ríos que discurren por llanuras y depresiones son largos, tienen escasas pendientes y discurren con más lentitud.

Una vertiente hidrográfica es un conjunto de cuencas cuyas aguas vierten en el mismo mar. En la península diferenciamos 3 vertientes:

A) Vertiente Cantábrica

Ríos cortos, con gran fuerza erosiva, pero esa erosión es atenuada por la abundante vegetación que retiene el agua. Son los ríos mejor alimentados de la península porque las precipitaciones son abundantes y constantes en todo su recorrido, por eso son caudalosos y de régimen bastante regular.

B) Vertiente Atlántica

Ríos largos, ya que muchos nacen en relieves del este peninsular y desembocan en el Atlántico. La mayor parte de los grandes ríos peninsulares son de esta vertiente. Su fuerza erosiva es escasa pues discurren por llanuras. Su caudal es abundante porque tienen numerosos afluentes, pero su régimen es irregular, presentando estiaje en verano y crecidas con lluvias en otoño y primavera. Estos ríos son más irregulares y caudalosos cuanto más al sur.

C) Vertiente Mediterránea

Excepto el Ebro, son ríos cortos pues nacen en montañas próximas al mar. Se trata de ríos abarrancados que erosionan violentamente las laderas deforestadas. Su caudal es escaso por las reducidas precipitaciones y su régimen es muy irregular. Presentan acusados estiajes en verano y pueden sufrir crecidas con lluvias de otoño originadas por lluvias torrenciales. En la vertiente mediterránea abundan los torrentes, cursos intermitentes que solo llevan agua cuando llueve. Baleares y Canarias carecen de ríos, tienen arroyos de escaso caudal y son frecuentes los torrentes.

2. Cuencas Hidrográficas en España

La cuenca hidrográfica es el territorio cuyas aguas vierten a un río principal y a sus afluentes. Se encuentran separadas por divisorias de aguas formadas por las cumbres de los relieves montañosos que las delimitan. Las principales cuencas hidrográficas peninsulares son:

Cuenca Norte

Se corresponde con la vertiente cantábrica. En estos ríos influye el relieve y el clima, por lo que son ríos cortos y con fuertes pendientes, caudalosos y regulares sin importantes crecidas ni estiajes. El régimen suele ser de tipo pluvio-nival oceánico. Los ríos más importantes de la cuenca son el Navia, Pas, Nervión y Bidasoa.

Cuenca del Miño

Este, junto con su afluente el Sil, es un río gallego. Pese a que la superficie de su cuenca es reducida, es uno de los ríos más caudalosos de España. Su régimen es pluvial-oceánico y bastante regular. Otros ríos de estas cuencas son el Tambre y el Ulla.

Cuenca del Duero

Es el río de la Submeseta Norte. Su cuenca hidrográfica es la mayor de España. Nace en los Picos de Urbión y desemboca en Oporto. Su caudal es el mayor de España. En la desembocadura tiene una tupida red de afluentes que recoge aguas de la Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Central, de ahí su elevado caudal. El Duero registra importantes crecidas, sobre todo en invierno. Los estiajes son mayores en tramos meseteños.

Cuenca del Tajo

Es el más largo de la península ibérica, nace en la Sierra de Albarracín y discurre entre el Sistema Central y los Montes de Toledo, desembocando cerca de Lisboa. Tanto por su caudal como por su cuenca, ocupa el tercer lugar de los ríos españoles. Los afluentes procedentes del Monte de Toledo son menos importantes que los del Sistema Central (Jarama, Guadarrama), de régimen pluvio-nival. Mayor crecidas en invierno y estiaje profundo a final de verano.

Cuenca del Guadiana

Nace en el manantial de los Ojos del Guadiana, donde salen a la superficie las aguas subterráneas infiltradas en la roca caliza de la llanura manchega. Es el menos caudaloso de los grandes ríos peninsulares. Desemboca en Ayamonte. Río irregular, con estiajes profundos debido a las pocas precipitaciones por donde pasa. Sus principales afluentes son el Záncara y el Zújar.

Cuenca del Guadalquivir

Nace en la Sierra de Cazorla (Jaén) y desemboca en Sanlúcar de Barrameda tras recorrer 680 km por la Depresión Bética. Tiene un régimen irregular. Recoge aguas de Sierra Morena (Guadalimar, Jándula, Víar), cortos y muy regulados para su aprovechamiento. El Genil hace disminuir la irregularidad del Guadalquivir e influye con su régimen pluvio-nival.

Cuenca del Ebro

Es el segundo río de la península por su longitud, por la extensión de su cuenca y por su caudal. Nace en la Cordillera Cantábrica y desemboca en Tortosa, formando el delta que lleva su nombre. Pese a discurrir por un medio árido, es muy caudaloso y bastante regular en su bajo curso.

Cuenca del Segura, Júcar y Turia

Son excelentes ejemplos de ríos mediterráneos, tanto por su moderada longitud como por su caudal reducido. Su régimen es pluvial y tiene gran importancia a efectos agrícolas, pues el primero riega las huertas murciano-alicantinas y los otros dos, la huerta valenciana.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *