Mapa de áreas industriales en España

Práctica: Mapa de áreas industriales

Características generales. La localización industrial en España presenta fuertes desequilibrios territoriales. Existen claros contrastes entre áreas industrializadas con distintas tendencias (desarrolladas, en expansión, y en declive) y áreas de industrialización escasa. Los desequilibrios se ven agravados por la tendencia de los sectores más dinámicos a localizarse en las regiones más avanzadas. Las desigualdades en el reparto espacial de la industria son, a su vez, fuente de otros desequilibrios territoriales en el reparto de la población; en la riqueza; en la dotación de infraestructuras, equipamientos y servicios sociales, y en el peso político, que ha afectado negativamente a las regiones españolas menos industrializadas. Por eso, el fomento de la industria ha sido uno de los objetivos básicos en las políticas para el desarrollo regional. La localización industrial permite diferenciar las áreas siguientes:

Áreas industriales desarrolladas

Son los espacios centrales de las áreas metropolitanas, sobre todo de las de Madrid y Barcelona, que se han consolidado como los centros principales de la industria española.

Áreas y ejes industriales en expansión

Son el resultado de las tendencias difusoras de la industria o del desarrollo de la industrialización endógena. Pueden distinguirse los siguientes tipos:

  • Las coronas metropolitanas
  • Las franjas periurbanas
  • Los ejes de desarrollo industrial
  • Áreas rurales

Áreas y ejes industriales en declive

Son Asturias, Cantabria y algunos núcleos aislados (Ferrol, bahía de Cádiz, Puertollano y Ponferrada). El País Vasco, hasta hace poco incluido en esta zona, comienza a constituirse como una excepción por su reciente resurgir industrial. Las áreas industriales en declive se caracterizan por los siguientes rasgos:

  • Son zonas especializadas en sectores industriales maduros en crisis
  • El mercado laboral es de cualificación media o baja
  • El medio ambiente posee un deterioro antiguo por la frecuencia de industrias básicas altamente contaminantes y un crecimiento urbano desorganizado, con alta densidad y baja calidad de la vivienda
  • La incorporación a la UE ha agravado la situación con nuevas restricciones a la producción y al empleo

Las consecuencias de la desindustrialización de estas zonas son el declive demográfico por emigración y una creciente posición periférica respecto a los centros decisorios y a las nuevas áreas industriales, a lo que colabora su deficiente accesibilidad respecto al resto de España y la Unión Europea. A pesar de estos problemas, existen algunos ejemplos de revitalización, como el caso del País Vasco, que ponen en evidencia las diferencias entre regiones a la hora de abordar los problemas.

Áreas de industrialización inducida y escasa

Las áreas de industrialización inducida son Aragón, Castilla y León y Andalucía, que desde la década de 1960 han sido objeto de iniciativas para la promoción industrial. Las áreas de industrialización escasa son Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Canarias, debido a su localización poco competitiva.

Tipo test:

1- A

2- B

3- C

4- A

5- B

6- B

El turismo. Problemas y tipología

El turismo es el conjunto de actividades desarrolladas por las personas en los viajes y estancias realizadas fuera de su entorno habitual por motivos de ocio, negocio, u otros motivos sin remuneración, y durante un período de tiempo inferior a un año.

Problemas

– La concentración espacial de la oferta: debido al peso de turismo de sol y playa existe una fuerte concentración en el litoral mediterráneo y en los archipiélagos balear y canario, con la única excepción de Madrid, que tiene una gran afluencia de turistas durante todo el año. Muchas zonas costeras tienen problemas de saturación y por eso, las actividades turísticas menos rentables, como las agrícolas o las industriales, han sido desplazadas, produciéndose lo que podríamos llamar una «turistización», que afecta no sólo a la economía, sino también a aspectos como las costumbres y el ritmo de vida. En el lado opuesto se encuentra gran parte del interior peninsular, que presenta bajas cifras de actividad turística. Lo que hace que se intente potenciar otros tipos de turismo diferentes al modelo masivo de sol y playa.

– La acusada estacionalidad: casi el 50% de las pernoctaciones anuales se realizaron en los meses de verano, entre junio y septiembre, y especialmente entre la segunda quincena de julio y la primera de agosto. Esta concentración en tan poco tiempo, de la que sólo escapa Canarias, con turismo todo el año, supone: una masificación en las áreas más demandadas, una infrautilización de la oferta turística durante el resto del año solo paliado por el «turismo social» de la tercera edad, un empleo estacional para muchos trabajadores, que son contratados sólo para los meses de mayor demanda turística.

– La creciente competencia global: En los últimos años la llamada «primavera árabe» y la posterior violencia terrorista han hecho poco apetecibles para los turistas extranjeros los países de la orilla sur del Mediterráneo y han vuelto a encontrar en España un destino algo más caro, pero seguro y de calidad. A la vez, la fortísima crisis económica que ha sacudido a nuestro país ha obligado a una reducción de los precios para hacer más atractiva la oferta turística española. Pero la globalización ha propiciado la aparición de nuevos competidores para España más allá del ámbito mediterráneo, se trata de países emergentes que están mejorando sus infraestructuras, y que resultan muy atractivos para turistas a los que no les preocupa viajar lejos y buscan países con cultura distinta a la nuestra, buenas playas y buen clima.

– La dependencia excesiva de los mercados: Más de la mitad de los turistas extranjeros proceden sólo de tres países, por lo que un cambio en los gustos o en el nivel adquisitivo de la población de estos países podría perjudicarnos. Esto exige seguir fidelizando a estos mercados y capturar nuevos clientes con una mejor comunicación de nuestra oferta por medio de campañas de marketing.

– Problemas medioambientales: La concentración territorial de la oferta turística ha causado una urbanización masiva en los litorales mediterráneo e insular, no siempre planificada, que, además del impacto visual, ha dado lugar a prácticas especulativas con el suelo. Este desarrollo se ha logrado en parte a costa de un deterioro medioambiental que ha alterado los frágiles ecosistemas marinos, ha contaminado las playas, ha acumulado residuos y ha provocado contaminación atmosférica y acústica. Todo motivado por el aumento de población en las áreas más turísticas y por una excesiva presión sobre los recursos naturales.

Tipología

Los tipos de turismo siguen estando encabezados por el de sol y playa, aunque desde la década de 1990 cobran importancia creciente otras modalidades, que aprovechan la diversidad de recursos turísticos de España.

  • El turismo de borde de agua tiene como modalidad mayoritaria el turismo costero de sol y playa, aunque existen otras ligadas a ríos, lagos y embalses.
  • Turismo de montaña, es un turismo de nieve ligado al deporte del esquí, pero la montaña por sus paisajes y características.
  • Turismo ecológico, se centra en la visita a espacios naturales protegidos, como parques nacionales.
  • Turismo rural, incluye alojamiento y estancia en el mundo rural.
  • Turismo urbano esta dirigido a las ciudades por patrimonio histórico, artístico y cultural.
  • Está creciendo el turismo urbano de negocios en torno a ferias, exposiciones.

El comercio interior. Formas de comercio

El comercio desempeña un papel esencial dentro del sistema económico ya que es el encargado de distribuir la oferta de productos entre los consumidores que la demandan. La estructura del comercio en España se caracterizaba por la existencia de un acusado minifundismo comercial cuya misión consistía en abastecer a la población en pequeñas tiendas situadas en los barrios o en el centro de las ciudades cuando el comercio era más especializado. En los últimos treinta años se ha producido una notable implantación de grandes superficies comerciales que compiten con los establecimientos anteriores. Esta transformación tuvo lugar más tarde que en la mayor parte de los países industrializados de Europa, por lo que la pervivencia del pequeño comercio es todavía relevante. En el caso español el sector predominante en el comercio interior es el correspondiente al sector de la alimentación, que tiene un peso mayor que el de los otros países europeos. Paralelamente al incremento de la capacidad adquisitiva de la población, se demanda otro tipo de bienes no considerados básicos.

Tipos de comercio interior

– Comercio al por mayor

– Comercio al por menor

– Grandes superficies comerciales

– Grandes almacenes

– Ferias y mercados tradicionales. La distribución de estas actividades hace que haya grandes diferencias: Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana presentan los valores más altos, mientras que los más bajos corresponden a Murcia, Navarra, La Rioja, Asturias y Cantabria.

Nuevas formas de comercio

Paralelamente a la implantación masiva de los grandes centros comerciales, se está viviendo una segunda revolución de las formas de comercio muy ligada a las nuevas tecnologías. El denominado comercio electrónico ofrece numerosas ventajas tanto para el comprador como para las empresas distribuidoras.

  • Comodidad en la compra
  • Se accede a un mercado global
  • Posibilidad de comparar precios y productos
  • Posibilidad de contactar directamente con el producto o el vendedor
  • Gran competencia que permite condiciones ventajosas para el comprador
  • Se ofrece una información extensa sobre las características del producto
  • Las empresas también se ven beneficiadas y que eliminan intermediarios y se relacionan directamente con el cliente.

El comercio electrónico ha encontrado los instrumentos de pago adecuados en las transferencias bancarias o el dinero electrónico. Su crecimiento únicamente se ve frenado por el miedo de los usuarios al fraude o a la desconfianza por la presencia de datos personales en la red. En 2016 las transacciones de productos y servicios por internet acumularon una facturación de más de 24 millones de euros, un 20,8% más que en 2015. De todos modos, los datos muestran unos volúmenes inferiores a otros países desarrollados del mundo.

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