Elementos y factores climáticos

Elementos y factores climáticos

En ocasiones utilizamos el concepto de tiempo y clima indistintamente de manera equivocada. Aunque guardan relación entre sí son objeto de estudio por distintas ramas de la ciencia.
Entendemos por tiempo la situación de la atmósfera en un lugar y momento determinado. La meteorología se ocupa de su estudio.
El clima es la sucesión de estados atmosféricos, las condiciones atmosféricas que se dan en una región en un largo período de tiempo (al menos 30 años). La Climatología se ocupa de analizar los climas. El clima está condicionado por los elementos y los factores.

Elementos del clima

Los elementos son aquellas características del clima que se modifican continuamente y que cambian a cada momento. Son los que no sirven para predecir el tiempo y es estudiado por los meteorólogos, destacando los siguientes:


 La temperatura, es el grado de calor que contiene el aire. Se representa en grados centígrados mediante líneas isotermas.
 Las precipitaciones, es el agua que cae a la tierra, en estado líquido o sólido, procedente de las nubes. Se mide en litros o mililitros.
 La humedad del aire que es la cantidad de vapor de agua de la atmósfera.

 La aridez. Es la relación entre el calor y la humedad. La aridez aumenta con la temperatura y con la escasez de precipitaciones. La aridez mensual es la que se calcula mediante el índice de Gaüssen (precipitaciones es igual al doble de temperatura). Para ello, hay que fijarse en la gráfica de un climograma y es el espacio vacío que hay entre la línea de las temperaturas y las barras de las precipitaciones.
 La presión atmosférica es el peso de una masa de aire que ejerce sobre un punto determinado.
 El viento, definido como el desplazamiento de aire de las zonas de alta presión a las zonas de baja presión. (el aire en movimiento).
 Insolación, la cantidad de radiación solar que recibe la superficie terrestre.
 La nubosidad, es el estado de la atmósfera en el que cielo aparece cubierto de
nubes.
 Las nieblas, son pequeñitas gotas de agua en suspensión que hay en la superficie y que disminuye la visibilidad.
 Las calimas fenómeno caracterizado por la presencia en la atmósfera de partículas de polvo en suspensión.
Los factores del clima son aquellos aspectos que ejercen una influencia permanente sobre el clima y lo determina. Pueden ser de tres tipos: los astronómicos, los geográficos y los meteorológicos.


.Los factores del clima son aquellos aspectos que ejercen una influencia permanente sobre el clima y lo determina. Pueden ser de tres tipos: los astronómicos, los geográficos y los meteorológicos.
 Los factores astronómicos, vienen dados por la situación de España en el planeta.
 Los movimientos de la Tierra. Destacan: traslación, causa la sucesión de las estaciones. Y el de rotación, temperaturas máximas diurnas y mínimas nocturnas.
 Forma del planeta. La esfericidad de la Tierra provoca que en los Polos, los rayos solares calienten menos que en el Ecuador.
 Los factores geográficos, en España debemos tener en cuenta:
 Latitud. Tiene incidencia en la diferencia de los balances de radiación solar. A más latitud, disminuyen los valores térmicos. Y en la duración de días y noches. El clima de la Península no puede ser entendido sin tener en cuenta su situación astronómica. El territorio español peninsular se extiende entre los 43o y 36o de latitud norte, es decir, en el borde meridional de la zona templada, una zona de transición sobre la que actúan los mecanismos de los climas templados y tropical


 El relieve, en su doble vertiente de altitud media elevada y disposición periférica, complica las características climáticas, al introducir nuevos matices regionales e, incluso, locales. La orientación de las montañas, en general, y de las laderas, en particular, se traduce en regímenes térmicos o pluviométricos muy diferenciados. Así, las cadenas dispuestas de forma paralela, representan el aire frío continental procedente de Europa o dificultan el paso de los flujos atlánticos procedentes del norte. Las que se disponen de manera perpendicular a los vientos dominantes provocan diferencias entre las vertientes de solana y de umbría. Esta disposición facilita la entrada de vientos húmedos atlánticos y evita que el centro sea un desierto. Las barreras montañosas provocan el ascenso y descenso de los flujos de viento. Si una masa de aire cargada de humedad, choca con la cordillera, asciende por la ladera de barlovento y el aire al elevarse, se enfría, se condensa y llueve, son lluvias orográficas, habituales en la cornisa cantábrica. En la ladera de sotavento al descender, el aire se calienta dando origen a un viento cálido y seco.

Situación entre mares. La situación de la Península entre dos mares de características contrapuestas, el Atlántico y el Mediterráneo, aporta al clima nuevos matices, como la suavización de las temperaturas, característica de los climas marítimos. La forma maciza del país hace que la influencia marina llegue de distinta manera, provocando una clara diferencia entre el centro y la periferia. En el Atlántico la temperatura está modificada por la deriva Nor-Atlántica haciendo que el N sea menos frío de lo que sería si no existiera. El Mediterráneo al ser cerrado y no tener corrientes marinas que modifiquen el clima y al estar rodeado de montañas ve algo limitada su influencia en el clima.
 Los factores termodinámicos o meteorológicos, son los responsables de la circulación atmosférica, que en altura está regida por la corriente en chorro, y en superficie por los centros de acción, masas de aire (T, A, P) y los frentes.
 Corriente en chorro o Jet Stream: es un flujo de vientos que provienen del oeste que se encuentra en la zona templada a una altura de 9- 11 km cuya velocidad media es de 150 km/h. Cuando baja su velocidad forma anticiclones y borrascas en altura.
 Centros de acción atmosférica: son los anticiclones (es una zona de alta presión (más de 1013 mb) que da tiempo estable) y las borrascas, depresiones o ciclones (es un centro de baja presión atmosférica, por debajo de los 1013 mb, que provoca tiempo inestable)Los grandes centros de acción que afectan a la Península son dos:

depresión semipermanente de Islandia. Se encuentra en el Atlántico Norte.
 de borrascas atlánticas.
Es una baja presión permanente que empuja hacia nuestras costas vientos fríos y húmedos del Atlántico. En invierno se desplaza hacia el Sur y se suaviza por la influencia de la corriente marina cálida procedente del golfo de México. Provoca numerosas precipitaciones, sobre todo, en la cornisa cantábrica.
y el anticiclón de las Azores, responsable del tiempo seco y soleado. Se trata de aire tropical marítimo,


 Masas de Aire: son porciones de aire con unas características concretas de temperatura, humedad y presión, según su origen. Las que afectan a España son: el aire polar, tanto marítimo como continental; aire ártico muy frío y seco y aire tropical marítimo, cálido y húmedo. Las masas de aire forman los centros de acción que son dos: anticiclones y borrascas.
 Frentes: son las zonas de contacto entre una masa de aire frío y otro de aire caliente, por lo que siempre provoca inestabilidad, lluvia. A España afecta sobre todo el FRENTE POLAR, que viene asociado a las borrascas. Este frente no es sino el reflejo del Jet Stream (o Corriente en Chorro) correspondiente en altura. En su seno se originan borrascas que dan lugar a intensas precipitaciones.Los principales tipos de climas, características y distribución espacial.
El comportamiento de los elementos del clima, modificados por los factores (latitud, el relieve, etc.) junto con la situación de la península, entre mares, permite diferenciar dos dominios climáticos esenciales de la Península: el templado-cálido o mediterráneo y el templado-frío, siendo una barrera montañosa septentrional la que delimita dichos dominios. La diferencia entre ellos está en los 15o C de temperatura media anual. También debemos considerar el clima canario y el clima de montaña.
Los principales tipos de clima y sus características. Distribución geográfica de los climas.
1. Los climas templados-fríos.
Se dan en el extremo septentrional y en el centro de España y su temperatura media anual es inferior a 15o C. Podemos establecer dos subtipos: el clima oceánico y el clima continental.
 El clima oceánico se extiende por la zona norte, desde Galicia hasta el Pirineo occidental, sometida a la influencia directa del jet stream y del frente polar, y ampliamente abierta al Atlántico. Se caracteriza por sus elevadas precipitaciones anuales, siempre superiores a los 800 mm. La temperatura media anual oscila entre 13o y 14o C y al estar todo el año sobre la influencia de los flujos marítimos, las oscilaciones térmicas son muy débiles (bajas), con inviernos templados o moderados y veranos frescos. Corresponde a la España húmeda.
A medida que se penetra en el interior, las precipitaciones descienden, la estación seca se acusa y el invierno se vuelve más frío. Se desarrolla entonces:
 El clima continental, es decir, el clima de la España interior, que afecta a casi dos tercios del territorio peninsular. En esta amplia zona, las precipitaciones son débiles siempre -inferiores a 600 mm- y descienden de norte a sur y de oeste a este; el invierno puede ser seco, debido a la formación de anticiclones fríos de origen térmico, y, en verano, las temperaturas pueden favorecer la formación de lluvias de convección (son lluvias en zonas llanas. Al contrario que las lluvias orográficas, se dan en zona de montaña). Las temperaturas medias anuales oscilan entre 10o y 14o C y la amplitud térmica es muy elevada como consecuencia del frío invernal y del recalentamiento estival. De uno a seis meses las temperaturas medias no superan los 6o C y las heladas son abundantes. 


Los climas templados-cálidos o mediterráneos.
Sus rasgos esenciales son la existencia de un verano seco y caluroso, y de una estación húmeda que puede ser el invierno, la primavera o el otoño. Las precipitaciones son escasa e irregulares, siempre inferiores a los 800 mm, y la temperatura media anual es siempre superior a los 15o C. La cercanía o la lejanía del mar y la posición respecto a las borrascas del frente polar explican la gran diversidad de subtipos:
 El clima mediterráneo oceánico o marítimo se extiende por el golfo de Cádiz y las comarcas próximas, desde Tarifa hasta la frontera portuguesa. La gran humedad ambiental es su característica más acusada, aunque las precipitaciones no son muy elevadas, ya que oscilan entre los 700 y los 500 mm anuales, y son de origen frontal; sin embargo, en ocasiones, la presencia de obstáculos montañosos cercanos a la costa, como ocurre en la provincia de Cádiz, favorece el aumento de lluvias. Las temperaturas son suaves entre 17 y 19o C de media anual, con inviernos cálidos y veranos no muy calurosos. Es la zona española de mayor insolación anual, supera las 3000 horas; en el observatorio de San Fernando (Cádiz) se alcanza las 3200 horas.
 El clima mediterráneo continental se extiende desde los cursos bajo y medio del Guadalquivir hasta el límite con la provincia de Jaén, es decir, por Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga y Córdoba. Las precipitaciones anuales oscilan entre los 700 y los 300 litros anuales, con máximos en primavera y en otoño, aunque ciertos puntos bien orientados hacia las masas de aire procedentes del Atlántico superan los 700 litros.
Las temperaturas, más elevadas en el valle del Guadalquivir, descienden a medida que se acentúa la continentalidad, dando lugar a una temperatura media anual elevada, entre 17 y18 o C, y a un invierno fresco, de 9o C de media, sin heladas. El verano es el más cálido de España, en julio y agosto se supera la media de 30o C.
Este subtipo climático se prolonga por las altiplanicies de Andalucía oriental y el surco intrabético, pero, en este caso, la ya considerable distancia del Océano Atlántico, de donde proceden las masas de aire húmedo, hace que las precipitaciones sean escasas, entre 300 y 600 litros anuales. La continuidad y, sobre todo, la considerable altura media de la zona, originan un medio ecológico hostil, caracterizado por una baja temperatura media anual (entre 13 y 15o C), un invierno muy largo y frío con fuertes heladas, un verano cálido y prolongado, y la tendencia a acortarse las estaciones intermedias de primavera y otoño.
 El clima mediterráneo subtropical es propio de la costa mediterránea andaluza,
desde Adra (Almería) hasta Gibraltar. Las precipitaciones son relativamente abundantes en el oeste, cercanas a los 900 mm y disminuyen poco a poco hacia el este, donde se sitúan en torno a los 400 mm. La influencia del Mediterráneo hace que el invierno sea cálido (12o C); además, las Cordilleras Béticas hacen de escudo protector frente a las llamadas “nortadas” el aire frío procedente del norte, justificando la denominación de Costa del Sol con la que se conoce a esta región. En cambio, el verano es caluroso, debido al fuerte recalentamiento del Mediterráneo, como consecuencia de sus reducidas dimensiones, y a la temperatura media anual, relativamente alta (19o C).
 El clima subdesértico impera en el litoral sureste, entre Balerma (Almería) y Torrevieja (Alicante), incluye, pues parte de las provincias de Murcia, Almería y Alicante. La característica esencial es la escasez de precipitaciones anuales, siempre inferiores a los 300 mm debido al efecto de pantalla que ejerce la cordillera 


ila entre los 13 y los 15o C.
 El clima mediterráneo catalán es propio de la franja costera comprendida entre la desembocadura del Ebro y los Pirineos. Las precipitaciones son bastante abundantes, oscilan entre los 500 y los 900 litros anuales; es más, apenas existe sequedad estival. Las temperaturas son suaves y la amplitud térmica, baja y mediana, situándose entre los 13 y los 18o C, hechos explicables por la influencia dulcificadora del mar.
En los grandes dominios anteriores, el relieve introduce importantes modificaciones al aumentar las precipitaciones de la vertiente expuesta a los vientos y disminuir las temperaturas. Esto explica, por ejemplo, islotes aislados de elevada pluviometría en áreas andaluzas secas, como la sierra de Grazalema, en Cádiz, que recibe 2223mm de lluvia anuales.
3. El clima del archipiélago canario.
La cercanía de Canarias a los trópicos hace que las islas se vean poco afectadas por la circulación del oeste, situándose bajo la influencia del anticiclón de las Azores, el aire tropical atlántico y los vientos alisios del noroeste. Además, la corriente marina fría de Canarias y la disposición del relieve añaden nuevos contrastes a un clima de claras influencias tropicales

.Las precipitaciones totales anuales no son muy abundantes, de 250 a 500mm, incluso hay áreas que no alcanzan aquel umbral mínimo. Su régimen es similar al mediterráneo, con un máximo de invierno, debido al descenso latitudinal de las borrascas o la llamada gota fría de Canarias, y con un mínimo estival.
El relieve insular genera considerables contrastes; por una parte, como consecuencia de la altura; por otra, por la distinta orientación de las laderas.
En algunas zonas, como en las laderas de Tenerife y de Las Palmas, se produce el llamado “mar de nubes”, una banda nubosa estratiforme que se extiende entre los 500 y los 1500 metros, y que tiene cierta importancia como forma de precipitación invisible, al mantener mojados el suelo y la vegetación en verano.
Las temperaturas medias anuales se sitúan entre los 19 y los 21o C.
4. Clima de montaña.
Hay unas características comunes a los espacios montañosos: descenso de temperatura (6o cada 1000m), distinta insolación sobre las vertientes de solana y umbría, la reducida amplitud térmica de las cumbres, el fenómeno de inversión térmica, el aumento de precipitaciones en la montaña.
En general es un clima frío, con meses por debajo de 0o C, las precipitaciones son abundantes, superiores a 1000 mm, producidas a veces en forma de nieve que en algunos lugares no desaparece en todo el año, acompañadas de temperaturas medias anuales bajas, siempre inferiores a 10 grados, veranos frescos e inviernos fríos.
Hay algunas variaciones:
– Las montañas del norte peninsular, no tienen ningún mes seco y presentan
veranos 


La España húmeda. Es la única que recibe precipitaciones anuales abundantes, siempre superiores a los 800 litros, aunque existen puntos que superan los 2000 litros. Comprende las vertientes noroeste y norte peninsular, desarrollándose sobre una franja continua que va desde Galicia hasta Cataluña, incluyendo también las zonas montañosas de esa vertiente norte: los macizos Galaico y Cantábrico y los Pirineos. Las causas de la elevada pluviometría de estas áreas hay que buscarlas en su disposición septentrional, con la consiguiente influencia de las borrascas y de los frentes atlánticos, y en el relieve.
Fuera de estas áreas, sólo algunos núcleos aislados de la Península reciben precipitaciones totales anuales similares, conformando auténticos islotes de humedad en medio de zonas más secas. En este caso, la altitud es la causa fundamental de las abundantes precipitaciones, de ahí que su distribución esté estrechamente relacionada con las áreas montañosas de la Península: sectores de la Penibética, zonas más elevadas de la Cordillera Ibérica, las sierras de Cazorla y Segura, y puntos muy localizados de los Montes de Toledo y Sierra Morena. Dentro de esta área merecen destacarse la sierra de Grazalema, la más lluviosa de España, que recibe más de 2000 litros anuales, explicable por el efecto orográfico, la distancia al mar, su posición respecto a los vientos húmedos con diferencia entre barlovento y sotavento, y la sierra de Gredos, que supera ampliamente los 1500 litros.
2. La España seca. Es un área muy amplia delimitada, por las isoyetas de 300 y 800
mm anuales, y abarca el 72% del territorio peninsular. Incluyendo las dos submesetas, los valles del Ebro y del Guadalquivir, zonas de Levante y Cataluña, y la mayor parte de los archipiélagos. Las causas de la disminución de las precipitaciones son, por un lado, el debilitamiento de los flujos atlánticos a medida que penetramos hacia el interior de la Península; y por otro, cuanto más al sur, mayor es la influencia del mundo tropical.
El paso de la España húmeda a la España seca se realiza a través de una zona de transición, delimitada por las isoyetas de 600 a 800 litros anuales, se extiende formando una aureola por la vertiente meridional de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y el sector occidental de ambas mesetas.
3. La España árida. Se corresponde con aquellos lugares que reciben menos de 300
litros de precipitaciones totales anuales. Se localiza en su mayor parte en el sureste peninsular y en el flanco levantino, cuenca del Segura, e incluye también algunas comarcas dispersas del interior peninsular, Zamora como las altiplanicies granadinas y el bajo Ebro.
La atonía de las precipitaciones se explica, en unos casos, por el efecto de pantalla que ejercen los relieves cercanos frente a la dirección predominante de los flujos lluviosos; en otros, por su posición interior.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *