La influencia de los factores climáticos sobre los elementos del clima en España
La influencia de los factores climáticos sobre los elementos del clima en España se manifiesta en la presencia de diferentes dominios: oceánico, Mediterráneo, canario y de montaña. Son tipos de climas caracterizados por unos rasgos de temperatura y precipitaciones exclusivos y unas situaciones atmosféricas que tienden a repetirse año tras año.
El dominio oceánico
El clima oceánico o Atlántico es el clima templado por excelencia. Se caracteriza por unas temperaturas moderadas, una amplitud térmica reducida y unas precipitaciones abundantes que se reparten regularmente a lo largo del año (con mínimos en verano). Afecta a las fachadas occidentales de los continentes entre los 40° y 50°, incluso hasta los 60° de latitud. Incluye, por tanto, las tierras más septentrionales de la Península, desde Galicia hasta Navarra y el Prepirineo aragonés.
La zona se caracteriza por una alta nubosidad, una baja insolación y un elevado grado de humedad relativa y ambiental, consecuencia directa del paso de las borrascas atlánticas asociadas al frente polar y la proximidad al Atlántico. La acción termorreguladora del mar justifica la templanza climática y explica las diferencias regionales en este clima.
En este dominio se distinguen dos subtipos:
a. El clima oceánico puro o marítimo
Se da en las áreas más próximas al litoral. Incluye el sector atlántico gallego y la vertiente septentrional de la Cordillera Cantábrica. La temperatura media anual se sitúa entre los 11° y los 15°, con máximas en verano de unos 22°C y mínimas en invierno de entre 6 °y 10°C. La amplitud térmica suele estar entre 10 y 12°C. Sus precipitaciones totales anuales se sitúan por encima de los 1000mm, con máximos pluviométricos en invierno y mínimos en verano. La Cordillera Cantábrica favorece las lluvias orográficas.
b. El clima oceánico de transición o de Interior
Es característico de las regiones septentrionales relativamente alejadas del litoral, desde Ourense y el interior de Lugo, pasando por la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica hasta el interior del País Vasco, Navarra y el Prepirineo aragonés y catalán. La amplitud térmica anual oscila entre los 12° y 15°C; los inviernos son algo más fríos y se pueden producir heladas invernales. Las precipitaciones son algo menos abundantes, descendiendo ligeramente por debajo de los 1000mm anuales.
El dominio mediterráneo
El mediterráneo es un clima templado que se localizan las fachadas occidentales de los continentes, entre los 30° y 40° de latitud. En España ocupa una gran extensión: todas las tierras peninsulares (salvo las zonas de montaña) al sur del área atlántica, Baleares, Ceuta y Melilla.
Las temperaturas presentan valores muy variados entre las zonas más próximas al litoral, de temperaturas suaves y una amplitud térmica de 12° a 15°C, y las zonas del interior, donde los contrastes térmicos invierno-verano son muy acusados y la amplitud supera en ocasiones los 20°C.
Las precipitaciones son escasas e irregulares, con un total anual que varía desde los 750mm hasta menos de 300mm. Su característica esencial es la aridez estival (insuficiencia de precipitaciones en el verano), consecuencia de la estabilidad generada por el anticiclón de las Azores, que afecta a esta región durante el verano. En las estaciones equinocciales (primavera y otoño) y el invierno, la situación anticiclónica alterna con las bajas presiones propias de las latitudes templadas, dando paso a las precipitaciones.
En este dominio se diferencian tres subtipos: marítimo, de interior y árido.
a. El clima mediterráneo marítimo o del litoral
Se localiza a lo largo de las costas orientales y meridionales de la Península, excepto el sureste, desde Cataluña a Portugal, y en el archipiélago balear. Las temperaturas invernales son suaves y los veranos, largos y calurosos. Las medias anuales no suelen bajar de los 15°C y la amplitud térmica se sitúa entre los 12° y 15°C; las temperaturas aumentan de norte a sur. Las precipitaciones son muy irregulares; descienden en cuantía anual y aumenta la aridez estival de norte a sur, desde Girona al sur de Alicante, y de oeste a este, desde Huelva hasta Almería. Se suelen producir, a principios del otoño, fuertes tormentas (fenómenos de DANA o gota fría), que pueden provocar riadas e inundaciones.
b. El mediterráneo continentalizado o de Interior
Comprende todo el interior peninsular (salvo las áreas de montaña): las dos submesetas, la depresión del Ebro y el interior de la depresión del Guadalquivir. El carácter macizo de la península Ibérica impide que la influencia marina alcance el interior peninsular, que además está encerrado por una potente barrera montañosa. Se caracteriza por una elevada amplitud térmica anual (unos 20°C), debido a unos inviernos más fríos y unos veranos más calurosos que en la costa. Son frecuentes las heladas y las nieblas, especialmente intensas en los valles del Duero y del Ebro durante el invierno. Las precipitaciones son similares al Mediterráneo marítimo, caracterizadas por la aridez estival y por su escasez general, registrándose los máximos pluviométricos en las estaciones equinocciales.
c. El clima mediterráneo árido o almeriense
Se localiza en el sureste peninsular, desde el sur de Alicante hasta Almería. Es la región más seca de la Península, con precipitaciones inferiores a 300mm anuales. La aridez se prolonga durante más de nueve meses y las lluvias son irregulares y de carácter torrencial, asociadas a situaciones de gota fría. La temperatura media anual es alta (unos 18°C), con inviernos muy templados. Esta variedad árida del clima mediterráneo también se observa en el centro del valle del Ebro, la parte oriental de Zamora y ciertos enclaves de La Mancha.
El clima canario
La influencia de factores climáticos -como la posición de las Islas Canarias en una latitud subtropical, próximas al continente africano y la especial configuración de su relieve- determinan que el clima canario sea diferente al resto de los climas de España. Así, durante gran parte del año el archipiélago canario se encuentra bajo la influencia del anticiclón de las Azores, los vientos alisios de componente noreste y la corriente fría de Canarias, que provocan una situación de gran estabilidad atmosférica. La proximidad al continente africano favorece la llegada de masas de aire cálido del Sahara, que da lugar a veranos secos y calurosos y frecuentes calimas. La configuración del relieve juega un importante papel, lo que determina la variación del clima con la altitud: entre los 600 y los 1200 m se forma un piso bioclimático intermedio muy húmedo que favorece el desarrollo del bosque de laurisilva. De esta manera se conforma un clima subtropical marítimo: temperaturas altas y constantes a lo largo del año (T media de unos 20°C), amplitud térmica muy reducida (7-8°C).
Las precipitaciones son escasas e irregulares, pudiéndose calificar este clima como estepario. Los totales anuales son mínimos en las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote, menos de 100 mm) y algo más altas en el resto (La Palma, poco más de 300 mm). La altitud y la orientación introducen también grandes variaciones.
El clima de montaña
El factor modificador más importante es la altitud, al que se suma la distinta exposición de las vertientes montañosas a los rayos solares (umbría y solana) y a los vientos (barlovento y sotavento). En las zonas de montaña se produce un descenso de las temperaturas (con medias anuales inferiores a los 10°C) y un aumento de las precipitaciones (con lluvias orográficas que caen muchas veces en forma de nieve.
Sin embargo, de unas regiones españolas a otras, este clima “frío” se manifiesta de distintas maneras, puesto que el clima de montaña no representa más que una modificación con respecto al clima dominante de esa región: en el norte peninsular este clima aparece a partir de los 1000 m de altitud (Cordillera Cantábrica y Pirineos), con temperatura media anual de unos 5°C, veranos frescos y muy cortos y no hay meses secos; en el Sistema Central los inviernos son muy largos y fríos y hay dos meses secos; más al sur, en los Sistemas Béticos, el clima de montaña aparece a partir de los 2000 m de altitud, y en agosto la temperatura media supera los 15°C.
Para finalizar, podemos señalar que las diferentes características orográficas introducen variaciones climáticas en áreas muy concretas, refiriéndonos entonces a climas locales o microclimas. Dentro de Castilla y León, podríamos señalar como ejemplos de microclima el que presentan zonas como los arribes del Duero (entre Zamora y Salamanca) o el Valle del Tiétar (sur de Gredos, en la provincia de Ávila).
Cuando el clima local es producto de la acción antrópica o humana hablamos de microclimas urbanos.