En 1238 rey cristiano
La industrialización y el crecimiento de la actividad comercial de la ciudad así como su conversión en capital de provincia en el Siglo XIX favorecíó el crecimiento urbano de la ciudad de Valencia primero de forma vertical con la edificación en altura dentro del casco (hasta los años 80 del Siglo XIX) y después también en extensión con la construcción de nuevos espacios urbanos extramuros: fueron los proyectos de ensanche urbano de finales del Siglo XIX y de principios del Siglo XX, así como los barrios de extrarradio construidos al tiempo desde mediados del Siglo XIX hasta 1940. El ensanche burgués de Valencia está situado al sur del casco antiguo (barrios de Arrancapins y de Gran Vía, al oeste y el este de la Estación del Norte). Rasgos propios de los ensanches del Siglo XIX: finalidad residencial predominante, destinada a las clases más adineradas de la ciudad y en segundo término a las clases medias altas, plano ortogonal ordenado en torno a dos grandes vías (Gran Vía Fernando el Católico, Gran Vía Marqués del Turia) con la estación de ferrocarril en el centro, edificación en altura de calidad con trama abierta y manzanas abiertas. A los usos residenciales del suelo previstos se fueron incorporando con el paso del tiempo los usos terciarios (comercio y servicios de hostelería, financieros, etc…). En algunos de sus principales calles, estas se han convertido parte muy importante centro comercial de ciudad. Barrios obreros e industriales de este periodo se localizaron sobre todo en las proximidades del puerto de la ciudad. Barrios de pescadores, de trabajadores del puerto o de las empresas instaladas en su entorno como los de Cabanyal, Canyameral y El Grau. Combinaban tanto las instalaciones fabriles como las viviendas de los obreros o de los empleados con plano irregular, trama cerrada de manzana estrecha y compacta, edificación escasa calidad y en altura y usos del suelo poco separados (residenciales y fabriles o de actividad portuaria). Otros barrios se destinaron a otras clases sociales más pudientes: barrios de Marxalenes y Mestalla. Planos seguían siendo irregulares, aunque su trama fuera algo más abierta y menos compacta. Único barrio de la ciudad que debíó presentar el aspecto de ciudad-jardín fue barrio de la playa de Malvarrosa,de forma muy tardía cuando se empezaron a instalar los residentes. Problemas del ensanche principalmente problemas asociados al envejecimiento de la edificación y suelen sufrir procesos de modernización, y también asociados a la saturación de tráfico rodado o de servicios que anulan los usos residenciales de algunas calles que se quedan vacías de noche. Los barrios obreros también sufren procesos de deterioro de la edificación que a veces generan remodelaciones urbanas que incluyen tanto la dotación de nuevos servicios, la edificación de nuevas viviendas como la exclusión de la población residente por otra de mayor capacidad adquisitiva. Uno de eso intentos de remodelación ha sido precisamente el propuesto para el barrio de Cabanyal que los residentes han paralizado al considerarlo demasiado impactante para su vida. En cuanto a las antiguas fábricas, tinglados y almacenes del entorno del puerto, se han visto profundamente transformados por procesos de remodelación que han supuesto la construcción de nuevos espacios de uso terciario o de uso residencial.
Las causas del crecimiento de la periferia urbana son generales para todas las grandes aglomeraciones urbanas en España: crecimiento de la población, industrialización y migraciones campo-ciudad (entre 1950 y 1980), migraciones interurbanas desde los 80, tendencia a la residencia suburbana y a la descentralización económica. Entre las áreas residenciales de la periferia urbana de Valencia se encuentran todos los tipos propios del desarrollo urbano de 1940 hasta la actualidad: marginales de infravivienda o de chabolas (autoconstrucción) muy grandes en los años 50-70 (del Siglo XX), y que hoy se han reducido mucho; polígonos de viviendas de promoción pública de los años 40-60, polígonos de promoción privada (a partir de los 60), áreas de vivienda unifamiliar y de segunda residencia (a partir de los 80). Así la ciudad de Valencia ha ido incorporando núcleos de población a su aglomeración como los de Nazaret, La Fontana, Torrefiel o Benimaclet o la playa de la Malvarrosa. Entre las áreas de actividad económica de la misma periferia se dan también los tipos propios del desarrollo urbano de 1940 hasta la actualidad: áreas industriales como los polígonos industriales de los años 50 y 60 o los nuevos espacios (desde 80-90) industriales de diferente calidad y para diferentes usos (fabricación / diseño), que suelen incluir parques científicos y tecnológicos más recientes; áreas de equipamiento como grandes superficies comerciales, grandes equipamientos recientes (universidades, hospitales, etc.) o grandes infraestructuras (autovías, circunvalaciones, etc.). Problemas: De las áreas residenciales: chabolismo (erradicación, viviendas sociales); barrios de promoción oficial y privada deteriorados físicamente y con falta de servicios (rehabilitación y dotación). De las áreas de actividad: deterioro (rehabilitación, reutilización); o mala dotación de servicios (dotación). De la ciudad difusa que generan saturación de tráfico y congestión, contaminación extendida y segregación espacial de la población (apuesta por el crecimiento compacto, el reciclaje urbano y el control urbanístico). CONCLUSIÓN: Destacar en el caso de Valencia la gran repercusión que ha tenido la derivación hacia el sur de la ciudad del río Turia. Su antiguo cauce se ha convertido en un espacio verde que destaca en el plano. Las autoridades municipales han aprovechado el nuevo espacio ofrecido de ese modo para localizar en él la nueva Ciudad de las Artes y las Ciencias cuya construcción ha supuesto un revulsivo en la imagen ofrecida por la ciudad hacia el exterior, sobre todo en España, y ha atraído un volumen nada despreciable de turistas desde su edificación.