Las migraciones son el desplazamiento de la población en el espacio y las podemos dividir básicamente entre interiores y exteriores.3.1 LAS MIGRACIONES INTERIORES:son las que tienen lugar dentro de las fronteras de un país, principalmente causadas por factores económicos. Pueden ser varios tipos:a) Temporales o estacionales: su duración es limitada, e implican que se hacen por un cierto periodo de tiempo. Tradicionalmente, se debían a labores agri. como la trashumancia (pastoreo del ganado). Sin embargo, hoy en día se producen por actividades económicas relacionadas con el sector terciario, sobre todo el turismo.b) Definitivas: implican un cambio de residencia y su duración suele ser ilimitada. En este sentido destacamos el término de ÉXODO RURAL, que se define como el desplazamiento masivo de población rural a las ciudades que se produce a partir de la Revolución Industrial. Fue motivado por la mecanización del campo, que necesita menos manos de obra, y por la creciente necesidad de trabajadores en el sector de a industria. En la evolución del éxodo rural español destacamos varias fases: 1. Desde mediados del Siglo XIX hasta la Guerra Civil (1936-1939): Aunque el inicio de industrialización de España es más tardío que en el resto de Europa, a mediados de siglo se comienzan a dar problemas de presión demográfica. A finales de siglo el trasvase de población se acelera por varias causas: el desarrollo de la industria (sobre todo en regiones como el País Vasco, Cataluña y Madrid), la mecanización del campo, por lo que se requiere menos mano de obra, el desarrollo de los transportes (ferrocarril), que abarata los costes y tiempo de los desplazamientos, y el desarrollo de obras públicas con la dictadura de Primo de Rivera y la creciente emigración ultramarina. 2. Desde la Guerra Civil hasta el Plan de estabilización (1959): Se considera una etapa de aislamiento en la que la guerra supuso el freno del trasvase de población del campo a la ciudad. Además, esta situación se mantuvo en la posguerra, después de que las ciudades y sus industrias quedaran destruidas y la opción más favorable se daba en el campo, donde se podía subsistir. Posteriormente conel régimenfranquista se establece el plan de estabilización que va a poner fin a la autarquía y por lo tantose producirá un incremento del éxodo rural. 3. Del Plan de estabilización (1959) a la crisis económica del petróleo (años 70): En esta etapa se produce la mayor magnitud del éxodo rural siendo las regiones más afectadas Galicia, Aragón, Castilla- La Mancha, y Andalucía; prevaleciendo como focos de atracción y áreas más industrializadas el País Vasco, Madrid y Cataluña. Las causas fueron: el desarrollo acelerado de la industria (planes franquistas de desarrollo industrial), la intensa mecanización en las tareas agrícolas (tractores) y el desarrollo del turismo, que atrajo población sobre todo a zonas costeras (para trabajar). 4. Desde 1975 hasta la actualidad: Tras la crisis del petróleo en Europa en 1973, cuyas consecuencias se vivirán en España años después, se va a producir una paralización del éxodo rural por el aumento del paro. Y es en este momento cuando va a aparecer el retorno demográfico (emigrantes que volvían a sus lugares de origen para huir del paro). Desde el año 2000 existe un éxodo rural muy bajo, entre otras causas por las bajas tasas de natalidad. La administración pública apuesta por dinamizar las zonas rurales para evitar un mayor vaciamiento poblacional. Esto se lleva a cabo fomentando el turismo rural y las actividades industriales basadas en los recursos de la zona. Consecuencias del éxodo rural español: Es el principal responsable de los desequilibrios demográficos de los distintos territorios de España, podemos distinguir: Consecuencias demográficas: Se ha alterado la estructura biológica de algunas poblaciones, natalidad y mortalidad. En áreas emigratorias la tasa de masculinidad ha descendido y hay un sobreenvejecimiento de la población, mientras que en áreas inmigratorias ocurre justo lo contrario. Consecuencias económicas: Se han acentuado las desigualdades económicas entre las zonas receptoras y las emisoras a la vez que se produce un abandono del hábitat rural y una congestión en la zona urbana. Consecuencias medioambientales: En las zonas urbanas, se van a producir muchos problemas de contaminación junto con un aumento de residuos y de presión inmobiliaria (sobre todo en zonas costeras), mientras que en las zonas emisoras se abandona el campo y se favorece la desertización.Consecuencias sociales: Ha provocado una homogeneización de los valores y formas de vida, pero también aparecen problemas de desarraigo y de pérdida de referencias vitales. c) Las migraciones interiores en la actualidad: Podemos realizar la siguiente clasificación de los movimientos de población internos en la España de hoy: Migraciones residenciales: Aquellas que implican un cambio de residencia. Son causadas principalmente por la congestión y los elevados precios de las viviendas en el centro de las ciudades, por lo que la mayor parte de los jóvenes opta por asentarse en la periferia de estas. Esto produce un sobreenvejecimiento en las zonas emisoras y enormes incrementos poblacionales en las receptoras. Esta migración provoca movimientos pendulares (desplazamientos habituales desde la vivienda hasta el trabajo) en las áreas metropolitanas. Retornos demográficos: Protagonizadas por personas que llegadas a la edad de jubilación optan por volver a sus lugares de origen para pasar allí el resto de su vida. Corriente neorrural: Básicamente, son personas que abandonan la vida urbana y se trasladan al campo buscando una mejor calidad de vida. También se vincula a la vida ecológica. 3.2. LAS MIGRACIONES EXTERIORES: Son aquellos movimientos que implican la salida del territorio nacional. Durante los siglos XIX y XX España fue un país de emigrantes que buscaban en el extranjero nuevas oportunidades para poder sobrevivir. En la España contemporánea los principales destinos de migraciones fueron: Norte de África: se produjo a finales del Siglo XIX, principalmente a Marruecos y Argelia. América: Fue el principal hasta el Siglo XIX. Se mantuvo a pesar de la pérdida del Imperio colonial a comienzos de esa centuria. Sus protagonistas eran varones jóvenes campesinos, principalmente gallegos, asturianos, vascos, canarios y andaluces, que viajaban a Argentina, Cuba y Venezuela en pasaje de tercera huyendo de la miseria y del servicio militar en Marruecos. Los que volvían a España al cabo de muchos años de América eran conocidos como «indianos». Regresaban a sus pueblos con pequeñas grandes fortunas, se construían un casa o palacete y vivían sus últimos años en la tierra que los vio nacer contando historias del continente americano. Fue tanto el flujo migratorio, que los países receptores llegaron a abrir oficinas reclutadoras en España. Esta emigración alcanzó grandes cifras (más de 3 millones de españoles que renovaron los lazos de España con el continente americano) y fue constante, excepto en momentos puntuales, hasta la llegada de la Guerra Civil (1936-1939). Durante la posguerra, va a continuar la emigración sobre todo por razones políticas (republicanos exiliados en México). Continuará el goteo de emigrantes rumbo a América por motivos de penuria económica (autarquía económica), pero ya no se alcanzarán las cifras de la etapa anterior. A partir de 1960 se unen como destinos EE.UU, Canadá y Australia con un cambio en el perfil del emigrante. Ahora se trata de un trabajador (industrial o intelectual) cualificado y formado. Europa: Ha sido un destino continuo. Desde mediados del s. XIX hasta la década de los 50 el destino prioritario era Francia, donde acudían campesinos levantinos a desempeñar labores similares a las que realizaban (jornaleros=emigración temporal). También hay que destacar a los exiliados tras la Guerra Civil. Desde 1959 (Plan de Estabilización) hasta 1973 (Crisis del petróleo) fue el momento de la gran emigración española a Europa con más de un millón y medio de emigrantes. Principalmente eran originarios de zonas agrarias (Andalucía, ambas Castillas, Galicia, Extremadura…), la mayoría con la idea de ahorrar y regresar a España. Los destinos principales son Alemania, Francia y Suiza. El aumento de esta emigración se produce por factores externos (demanda de puestos de trabajo de baja cualificación para la reconstrucción europea facilitada por el Plan Marshall) e internos (exceso de población agraria española que el campo con su mecanización no podía absorber, el aumento demográfico, el paro originado por el Plan de Estabilización de 1959 y las facilidades dadas por la dictadura a la emigración). Desde 1973 hasta los años 90, la crisis generalizada del petróleo hará que las economías europeas entren en un ciclo de recesión, provocando una contracción del empleo, siendo los extranjeros los primeros en ser expulsados del trabajo. Esto supuso la vuelta a España de muchos de los emigrantes, quienes a su regreso se encontraron con una situación de transición política y económica con altos niveles de paro (migrantes retornados). A partir del año 2009 se ha producido un repunte de la emigración a Europa debido a la crisis económica española, siendo ahora un perfil de jóvenes cualificados. Los destinos más demandados son Reino Unido y Alemania. La emigración a Europa tuvo varias consecuencias: Demográficas: supusieron un fuerte descalabro para las zonas emisoras, porque la mayoría de emigrantes volvíó a España pero no a sus zonas de origen, sino a las más zonas más dinámicas como Madrid o Cataluña. Económicas: la emigración fue favorable ya que los emigrantes enviaban ahorros (remesas) a sus familias que seguían en España lo supuso una mejora del déficit español. La salida de emigrantes facilitó el desarrollo económico y disminuyó el riesgo de conflictos sociales por ausencia de trabajo. La emigración a Europa aceleró y posibilitó el desarrollo español de los años 60. Sociales: no van a ser positivas porque los españoles accederán a puestos mal remunerados, y ante la necesidad de ahorrar se someterán a penosas condiciones de vida. También debemos destacar el desarraigo originado por vivir en una sociedad en la que no se conoce la lengua ni sus tradiciones. 3.3. LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA: España dejó de ser un país de emigrantes para convertirse en uno de inmigrantes a finales del pasado siglo. En los últimos veinticinco años, debido al desarrollo económico, la población inmigrante se ha multiplicado por 15 en nuestro país superando los 5 millones de habitantes de origen foráneo. Desde 2010 el flujo inmigratorio se ha detenido por la recesión que atravesó España. De todos modos, se puede etiquetar a esta población en España en 3 grupos: Los nacionalizados españoles que tras varios años de permanencia en el territorio gozan de todos los derechos que aporta la nacionalidad. En este grupo también se incluyen los residentes comunitarios. Los extranjeros que, manteniendo su nacionalidad, cuentan con un permiso de residencia para trabajar en el país. Este grupo ha aumentado considerablemente debido a los diferentes procesos de regularización llevados a cabo por los diferentes Gobiernos. .Los extranjeros en situación ilegal cuya manera de entrar a España se hace de forma clandestina (visado turístico, entrada por Barajas o la frontera francesa, el Estrecho) y su documentación no está en regla para poder permanecer en nuestro país. Su número es difícilmente cuantificable. La distribución por nacionalidades de los extranjeros en España también ha variado en los últimos años. La mayor parte de ellos son rumanos, seguidos por marroquíes, siguiéndoles británicos, ecuatorianos y chinos. Hay que añadir que la crisis económica que atraviesa España ha provocado un descenso en el número de inmigrantes, ya que muchos ha retornado a su país al no encontrar en España las oportunidades laborales y vitales que buscaban al llegar. Por comunidades autónomas, Cataluña es la que mayor número de población extranjera tiene, seguida de Madrid, Andalucía y Valencia. Además, los inmigrantes desempeñan en su mayoría trabajos poco cualificados y de poca remuneración que los españoles en general no están dispuestos a realizar. Al no disfrutar de una situación legal en nuestro país, muchos de ellos trabajan en la economía sumergida realizando aquellas actividades que se escapan en mayor o menor medida a los controles legales, fiscales y estadísticos del Estado. La inmigración ha provocado una serie de consecuencias: demográficas (provoca un crecimiento real de la población y un ligero rejuvenecimiento de la pirámide de población debido a la elevada tasa de fecundidadAquellos en situación legal aportan cotizaciones al sistema de seguridad social (sanidad y pensiones), aunque también son demandantes de servicios sanitarios y de educación públicos. Desde hace dos o tres años la población inmigrante está siendo castigada especialmente por el desempleo, por lo que han pasado de aportar cotizaciones a ser receptores del subsidio del paro. Muchos están retornando a su país debido a la profunda crisis económicy p olíticas.Las variaciones de la poblaciónteniendo en cuenta los nacimientos, las defunciones, la inmigración y la emigración se registranen el crecimiento real. En las últimas décadas, la población española crecíó de forma desigualdebido al impulso de la inmigración. Sin embargo, desde 2010 la situación se encuentra másestancada puesto que el saldo migratorio es negativo, las parejas españolas apenas tienenhijossegunda generación inmigrante se ha asimilado -demográficamente- a los naturales