INDUSTRIA:La industrialización española empezó con retraso, fue discontinua y Se limitó a ciertas áreas creando desequilibrios territoriales. En la primera mitad del siglo XIX sólo tenemos los desaparecidos Altos Hornos de Marbella y fábricas textiles en Barcelona. Desde entonces distinguimos estas etapas: Los inicios de la industrialización (1850-1900). El retraso de más de medio siglo se debíó a la situación política ( Guerra de Independencia, Independencia americana, Guerra Carlista) y económica (el campo no podía suministrar el capital, mano de obra y mercado necesarios). Fueron pequeñas industrias de tecnología simple situadas en Vizcaya (siderurgia), Barcelona (textil) y Madrid (pequeñas industrias de Consumo). El tendido ferroviario se hizo con capital extranjero y al servicio de la minería, vendida a compañías extranjeras. Eramos el mayor productor de hierro, que se exportaba a Inglaterra desde Bilbao, volviendo los barcos con el carbón necesario para la siderurgia. La burguésía vasca y catalana forzaron a los gobiernos al proteccionismo para proteger su industria.
El primer crecimiento industrial (1900-1936). La repatriación de capitales tras la pérdida de las últimas colonias, las exportaciones durante la Primera Guerra Mundial y las obras publicas de la Dictadura de Primo favorecieron el desarrollo de la Segunda (Revolución Industrial (petróleo y electricidad, industrias metalúrgica y química, taylorismo…). La industria se agudizó en los focos anteriores (amparados por el proteccionismo) y se extiendió por las costas cantábrica y mediterránea. La regresión durante la Autarquía (1939-1959). La guerra y el aislamiento económico perjudicaron el desarrollo industrial. El estado creó el Instituto Nacional de Industria (INI), para ayudar a la industria básica (siderurgia, naval, petroquímica). La estructura industrial era dual: la industria básica en manos de grandes empresas públicas (Hunosa, Ensidesa,,), y la industria de transformación y de consumo propiedad de pequeñas empresas privadas. El estado favorecíó la consolidación de las áreas industriales, provocando el éxodo rural y el declive de las áreas agrarias. El modelo era deficiente y España Si guió siendo un país agrario y subdesarrollado. El gran desarrollo industrial (1959-1975). El Plan de Estabilización de 1959 de los ministros «tecnócratas» supuso la apertura económica. Fue la época de mayor crecimiento industrial gracias al capital extranjero (divisas de los emigrantes y turistas, e inversores que aprovechaban las ventajas ofrecidas) y al bajo precio del petróleo. El estado diseñó Planes de Desarrollo y trató de llevar la industria a otras áreas con los Polos de Desarrollo. La industria se diversificó, pero continuó la dependencia tecnológica, financiera y energética. Las regiones industriales concentraron el crecimiento, aunque aparecieron nuevos enclaves (Zaragoza y Valladolid) y nuevos ejes industriales (costa gallega y el triangulo Sevilla-Cádiz-Huelva). Aumentaron las diferencias entre regiones ricas y pobres, y crecíó el éxodo rural y la emigración a Europa.
especialización en sectores maduros, desequilibrios regionales) y la coyuntura histórica (Transición Política). Fue necesaria una reestructuración industrial en los 80 en una doble dirección: la reconversión de las industrias en crisis, y la reindustrialización de las áreas afectadas. La reconversión afectó a las industrias maduras: siderurgia, naval, textil y electrodomésticos, y generó mucho desempleo. Los programas de reindustrialización fueron las ZUR (Zonas de Urgente Reindustrialización) que daban subvenciones a las empresas que se ubicaran en la zona. Pero las ayudas beneficiaron solo a grandes empresas, se concentraron en Madrid y Barcelona y crearon poco empleo. La entrada en la Uníón Europea trajo una nueva reconversión en los 90. El objetivo último era la libre competencia, y para ello se dieron ayudas a la investigación (l+D+I), las PYMES, la formación de los trabajadores, las áreas poco industrializadas y se exigíó la privatización de las empresas estatales. La industria actual se caracteriza por la tereiarización, la descentralización (empresas multiplanta, subcontratación, redes de empresa)
, y la flexibilización (en la producción y en el empleo), las industrias
punta son las de alta tecnología.
Materias primas, fuentes de energía, mano de obra, capital, mercados, tecnología. Todos han ido evolucionando durante las tres fases del proceso de industrialización. Las materias primas son los recursos naturales usados en la transforrnación y pueden ser orgánicas y minerales (metálicos, no metálicos, rocas industriales). España tuvo gran riqueza en minerales metálicos,
pero hoy los yacimientos (explotados por compañías extranjeras en el Siglo XIX) están agotados. Las fuentes de energía, materias capaces de producir trabajo, se dividen por su formación en renovables , y no renovables ; por su aprovechamiento se dividen en primaria y secundaria o final, como la electricidad. Esta se produce en centrales térmicas, hidroeléctricas o nucleares. El problema español es la dependencia energética de los combustibles fósiles: importamos petróleo, gas y
carbón. El carbón, que fue la principal energía de la Primera Revolución Industrial, fue abundante en la cuenca minera astur-leonesa, pero hoy no es rentable. El sector petrolífero sufríó una reconversión y en 1986 se creó REPSOL, posteriormente privatizada. Sucesivos PEN (Plan Energético Nacional) buscan alternativas al petróleo desde 1975. Hay centrales hidráulicas en la mitad norte y nueve centrales nucleares en funcionamiento, pero sus riesgos y los residuos
llevaron a la “moratoria nuclear». Tenemos condiciones para las nuevas energías, pero estas no están suficientemente desarrolladas. Otro problema es la dependencia de capital y tecnología extranjeros. Ayudas de la UE han tratado de
paliar la baja cualificación de la mano de obra. En cuanto al mercado, la política proteccionista protegíó la producción española de la competencia extranjera, pero hoy no es posible en una economía global.
El primer crecimiento industrial (1900-1936). La repatriación de capitales tras la pérdida de las últimas colonias, las exportaciones durante la Primera Guerra Mundial y las obras publicas de la Dictadura de Primo favorecieron el desarrollo de la Segunda (Revolución Industrial (petróleo y electricidad, industrias metalúrgica y química, taylorismo…). La industria se agudizó en los focos anteriores (amparados por el proteccionismo) y se extiendió por las costas cantábrica y mediterránea. La regresión durante la Autarquía (1939-1959). La guerra y el aislamiento económico perjudicaron el desarrollo industrial. El estado creó el Instituto Nacional de Industria (INI), para ayudar a la industria básica (siderurgia, naval, petroquímica). La estructura industrial era dual: la industria básica en manos de grandes empresas públicas (Hunosa, Ensidesa,,), y la industria de transformación y de consumo propiedad de pequeñas empresas privadas. El estado favorecíó la consolidación de las áreas industriales, provocando el éxodo rural y el declive de las áreas agrarias. El modelo era deficiente y España Si guió siendo un país agrario y subdesarrollado. El gran desarrollo industrial (1959-1975). El Plan de Estabilización de 1959 de los ministros «tecnócratas» supuso la apertura económica. Fue la época de mayor crecimiento industrial gracias al capital extranjero (divisas de los emigrantes y turistas, e inversores que aprovechaban las ventajas ofrecidas) y al bajo precio del petróleo. El estado diseñó Planes de Desarrollo y trató de llevar la industria a otras áreas con los Polos de Desarrollo. La industria se diversificó, pero continuó la dependencia tecnológica, financiera y energética. Las regiones industriales concentraron el crecimiento, aunque aparecieron nuevos enclaves (Zaragoza y Valladolid) y nuevos ejes industriales (costa gallega y el triangulo Sevilla-Cádiz-Huelva). Aumentaron las diferencias entre regiones ricas y pobres, y crecíó el éxodo rural y la emigración a Europa.
La crisis y la reestructuración industrial
Fue una crisis mundial por la subida del precio del petróleo, la competencia de los Nuevos Países Industriales (los «dragones del este») y sobre todo, por el inicio de la Tercera Revolución Industrial. En España se sumaron los problemas estructurales (dependencia tecnológica, financiera y energética;especialización en sectores maduros, desequilibrios regionales) y la coyuntura histórica (Transición Política). Fue necesaria una reestructuración industrial en los 80 en una doble dirección: la reconversión de las industrias en crisis, y la reindustrialización de las áreas afectadas. La reconversión afectó a las industrias maduras: siderurgia, naval, textil y electrodomésticos, y generó mucho desempleo. Los programas de reindustrialización fueron las ZUR (Zonas de Urgente Reindustrialización) que daban subvenciones a las empresas que se ubicaran en la zona. Pero las ayudas beneficiaron solo a grandes empresas, se concentraron en Madrid y Barcelona y crearon poco empleo. La entrada en la Uníón Europea trajo una nueva reconversión en los 90. El objetivo último era la libre competencia, y para ello se dieron ayudas a la investigación (l+D+I), las PYMES, la formación de los trabajadores, las áreas poco industrializadas y se exigíó la privatización de las empresas estatales. La industria actual se caracteriza por la tereiarización, la descentralización (empresas multiplanta, subcontratación, redes de empresa)
, y la flexibilización (en la producción y en el empleo), las industrias
punta son las de alta tecnología.
Factores de la actividad industrial
La industria es el proceso de transformación de la materia prima en productos manufacturados aplicando energía mecánica. La industrialización, que comenzó en lnglaterra a finalnes del Siglo XVIII, ha revolucionado la vida humana. Son varios los factores de la actividad industrial;Materias primas, fuentes de energía, mano de obra, capital, mercados, tecnología. Todos han ido evolucionando durante las tres fases del proceso de industrialización. Las materias primas son los recursos naturales usados en la transforrnación y pueden ser orgánicas y minerales (metálicos, no metálicos, rocas industriales). España tuvo gran riqueza en minerales metálicos,
pero hoy los yacimientos (explotados por compañías extranjeras en el Siglo XIX) están agotados. Las fuentes de energía, materias capaces de producir trabajo, se dividen por su formación en renovables , y no renovables ; por su aprovechamiento se dividen en primaria y secundaria o final, como la electricidad. Esta se produce en centrales térmicas, hidroeléctricas o nucleares. El problema español es la dependencia energética de los combustibles fósiles: importamos petróleo, gas y
carbón. El carbón, que fue la principal energía de la Primera Revolución Industrial, fue abundante en la cuenca minera astur-leonesa, pero hoy no es rentable. El sector petrolífero sufríó una reconversión y en 1986 se creó REPSOL, posteriormente privatizada. Sucesivos PEN (Plan Energético Nacional) buscan alternativas al petróleo desde 1975. Hay centrales hidráulicas en la mitad norte y nueve centrales nucleares en funcionamiento, pero sus riesgos y los residuos
llevaron a la “moratoria nuclear». Tenemos condiciones para las nuevas energías, pero estas no están suficientemente desarrolladas. Otro problema es la dependencia de capital y tecnología extranjeros. Ayudas de la UE han tratado de
paliar la baja cualificación de la mano de obra. En cuanto al mercado, la política proteccionista protegíó la producción española de la competencia extranjera, pero hoy no es posible en una economía global.