Factores que influyen en la natalidad y mortalidad

Tema 1 – Análisis de la ciudad, un espacio heredado

Introducción

Un planeta urbano

Definición de la ciudad

Funciones urbanas

La ciudad es un espacio heredado

             Entorno geográfico

Morfología urbana,

El plano (elem estructurales, modelos)


La construcción urbana (el entramado, tipologías edificatorias)


Los usos del suelo

Los casos históricos

Políticas de revitalización del centro

Renovación urbana

Rehabilitación urbana

Dinámica urbana

El urbanísmo y la planificación urbana

                   Los origenes del urbanismo moderno                    El urbanismo funcional y la ciudad orgánica                    La quiebra del modelo funcional                    Hacia el urbanismo de posmoodernidad                    Desarrollo urbano sostenible y calidad de vida

Tema 2 –  Análisis de la ciudad, espacio objetivo y espacio percibido

Introducción

Una ecumenópolis (Doxiadis,1970)


Teorías de estructura urbana

TEORÍAS ECOLÓGICAS (Chicago)



TEORÍAS ECONÓMICAS (Von Thünen, Yeates)


TEORÍA de las ÁREAS SOCIALES (macrosocial – Shevky y Williams)


Teoría del CONFLICTO

TEORÍA MARXISTA (Harvey, Castells)



ÁREAS CENTRALES ÁREAS RESIDENCIALES ÁREAS INDUSTRIALES

FRANJAS PERIURBANAS o RURURBANAS

La ciudad, un espacio percibido

EL ENFOQUE VISUAL

EL ENFOQUE VALORATIVO

EL ENFOQUE PREFERENCIAL

La ciudad, un espacio vivido

UNA POBLACIÓN ABIERTA

NATALIDAD Y MORTALIDAD DIFERENCIALES

CONTRASTES RESIDENCIALES

UNA GRAN MOVILIDAD

DESIGUALDAD ANTE EL EMPLEO

POBRES Y MINORÍAS ÉTNICAS

DESIGUALES DENSIDADES DE POBLACIÓN

CONFLICTOS URBANOS

Tema 3 – Distribución espacial y crecimiento de la población mundial

Introducción

Evolución histórica de la población


*Del neolítico a la I Revolución Industrial


*De la I Revolución Industrial al siglo XXI

Distribución desigual de la población

Zonas características de Anecúmene

Adaptación humana a los medios hostiles

Zonas características de Ecúmene


Grandes focos de concentración demográfica


Densidad de población


El crecimiento de la población


La fecundidad factor diferencial del crecimiento

El nivel de vida y la instrucción

La urbanización

El descenso  de la mortalidad general e infantil

Las creencias religiosas y la planificación familiar

Las creencias religiosas suponen un apoyo a niveles elevados de fecundidad y natalidad en los países menos desarrollados. En la planificación familiar, el conocimiento de métodos anticonceptivos y su generalización y el acceso libre y gratuito en algunos países, favorece el control de la natalidad.

 En los países desarrollados, el crecimiento bajísimo de la población proviene de la caída de las tasas de fecundidad en los años sesenta lo que ha producido una reducción de elementos jóvenes en las sociedades desarrolladas (1.5 hijos por mujer)  que resulta insuficiente para asegurar el reemplazo generacional, siendo la tasa bruta de reproducción incluso inferior a la unidad. En los países no desarrollados la tasa sigue siendo alta: 3,2 ó 3,7 si se excluye China (1,8).

La movilidad social

Implica el deseo de ascender en la posición dentro de la escala social y es un factor limitante en los países desarrollados  (los hijos suponen un coste en tiempo y dinero). En los países no desarrollados con pocos estímulos para mejorar la condición social no existen estos incentivos que les lleven a preferir una familia de menos miembros y su fecundidad no se ve alterada.

La situación de la mujer

La incorporación de la mujer al mercado laboral, su mayor acceso a estudios superiores y el conocimiento y uso de métodos anticonceptivos, ha provocado el retraso  en la edad de matrimonio y de la 1ª maternidad, el mayor esparcimiento de los embarazos y en definitiva el descenso de la fecundidad porque los hijos pueden ser una traba para su formación, trabajo y aspiraciones. El crecimiento de los casos de aborto y divorcios ha influido en estos comportamientos sociales.

El retraso en la edad de la mujer en el matrimonio

La nupcialidad sigue siendo una variable demográfica a tener en cuenta porque aunque vez son más frecuentes los nacimientos fuera del matrimonio en la UE en el Norte la mitad son nacimientos extramatrimoniales mientras que en los países mediterráneos sólo un 15%. La edad de acceso al matrimonio ha experimentado un retraso en los últimos 25 años e implica un retraso de 2 ó 3 años en el nacimiento del primer hijo y en general implica una reducción de la fecundidad. El retraso en la 1ª maternidad incide de manera transitoria en los indicadores de fecundidad porque el aumento de la misma entre mujeres de 30-34  años no ha compensado la caída entre mujeres más jóvenes.

Variaciones espaciales de la fecundidad

Existe una diferencia de mayor a menor entre las tasas de fecundidad total en los países de ingresos bajos, mediano o altos a excepción de China y Sri Lanka.

43 Países de bajos ingresos (PNB per cápita 80-600 dólares)


 En cabeza está Rwanda 8,3 hijos seguido de Malawi y Etiopía. Se espera que alcancen la tasa de reproducción neta entre los años 2045-2055.

China: la campaña por el hijo único iniciada en 1979 ha dado resultados, sobre todo en las ciudades y pasó de una tasa de fecundidad de 6,4 en 1965 a 1,8 en 2001 y de una tasa bruta de mortalidad de 10 a 7 por mil.

Sri Lanka en 35 años ha rebajado la tasa de fecundidad de 5 a 2,1 hijos por mujer y la tasa de mortalidad de 8 a 5,9 por mil, por debajo de los países de la UE y de la OCDE. Se debe en parte al uso de métodos anticonceptivos (el 65% de las mujeres casadas lo usan). En la India el gobierno en 1951 adoptó la planificación familiar y ha rebajado sus tasas de 6,2 en 1965 a 3,2 en 2001 y el 47% de las mujeres casadas usan métodos anticonceptivos.

40 Países de ingreso mediano y mediano-bajo (PNB per cápita 600-2500 dólares)


Fecundidad media de 4,3 hijos


Se incluyen los estados árabes del N de África, otros de África Central, Iberoamérica, y algunas ex-republicas populares de Europa del Este como Rumanía, Polonia, Bulgaria y Albania.

Algunos países tienen características demográficas propias de los menos desarrollados como Yemen con una fecundidad media de 7,3 y una tasa bruta de mortalidad de un 13 por mil.

Países de ingreso mediano-alto (PNB per cápita 2500-7300 dólares)


Tasa media de fecundidad entre 2,0 y 3,3 hijos por mujer y mortalidad 9 por mil


Se incluyen grandes países Iberoamericanos como México, Venezuela, Brasil y Uruguay; las antiguas repúblicas del Este con mayores recursos como Hungría, Yugoslavia y Checoslovaquia (antes de la guerra étnica y la división), países avanzados de Asia y África como la República de Corea, Sudáfrica o Arabia Saudita y los países con ingresos más bajos de la UE como Portugal y Grecia cuyas tasas de fecundidad no aseguran el relevo generacional.

Esta división económica no contempla el papel de la religión en las cuestiones de fecundidad y natalidad, así Omán y Arabia Saudita mantienen tasas altas de fecundidad (7,0) y bajas de mortalidad (6 y 7 por mil).

Países de ingreso alto (PNB per cápita 10.000 y 35000 dólares)


Los países mediterráneos tradicionalmente mantuvieron tasas elevadas de fecundidad sin embargo la aplicación tardía del control de natalidad ha ocasionado la caída en picado de su tasa de fecundidad cuando los demás países están en fase de recuperación.

Grupo homogéneo en sus estructuras demográficas, integrado por los países más desarrollados de los que 19 son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE): UE (excepto Portugal y Grecia)+ Finlandia, Noruega, Suecia, Suiza y Austria + Canadá y EEUU + Japón, Australia y Nueva Zelanda. Otros que intervienen: Israel, Singapur, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.

Las tasas de fecundidad son inferiores a 2 (salvo Irlanda e Israel por décimas) y alcanzarán la tasa de reproducción neta en 2030 (Irlanda y Kuwait se adelantarán).

La mortalidad

El actual crecimiento de la población mundial se debe al descenso de la mortalidad no al aumento de la fecundidad


Se mide en tantos por mil y por medio de una serie de tasas como: la tasa bruta de mortalidad, tasa de mortalidad específica por edad, las tasas de mortalidad infantil y la esperanza de vida.

Las causas de muerte o causas de defunción son sinónimos de morbilidad (acción de la enfermedad sobre las poblaciones) diferenciándose:

Morbilidad incidente


Nuevos casos de enfermedadMorbilidad prevalente:
% de enfermos en un momento dado

La mayor parte de los fallecimientos se deben a:


Degeneración del organismo por enfermedades crónicas, en especial cardio-vasculares. Enfermedades infeccioso-contagiosas y a menudo endémicas  en el  Tercer Mundo. Entorno económico y social: como la inanición en Somalia.

Durante un tiempo los países desarrollados mantuvieron tasas de mortalidad mucho más bajas que las de los menos desarrollados pero el envejecimiento de las sociedades avanzadas y la difusión de las técnicas médicas han reducido las diferencias. La capacidad para resistir a la muerte ha sido transmitida por los países industriales al resto del mundo, iniciándose en las ciudades y se han difundido a través de organismo internacionales como Cruz Roja o la OMS. Sin embargo las mejoras en los niveles de salud de las poblaciones dependen más de las medidas de sanidad pública preventivas que de las curativas.

Por tanto, las tasas de mortalidad de un país dependen de una red de factores socioeconómicos, factores políticos y condiciones sanitaria, destacando:

las condiciones ecológicas (clima, habitat)
económicas (nivel y distribución de ingresos)
culturales (actitud ante la enfermedad, nivel de instrucción e investigación)
políticas (según estado de bienestar del país y la socialización de servicios sanitarios)
infraestructura general (alcantarillado, transportes, comunicaciones)
sanitaria (ambulatorios, dispensarios, hospitales, equipamientos biomédicos)

Densidad, calidad y distribución de la oferta médica y paramédica

Mortalidad socialmente diferenciada


La tabla de mortalidad consiste en una serie de probabilidades de morir observadas para las distintas edades de ahí la necesidad de tasas específicas por grupos de edad. Hay factores sociales asociados a causas de defunción y niveles de mortalidad diferentes: clase social, raza, sexo y estado civil y carácter rural o urbano.Los diferentes niveles de riesgo en el trabajo y las diferencias económicas inciden claramente en la mortalidad, así en los años 90 en EEUU la mortalidad de los directivos era un 8% < media=»» mientras=»» la=»» de=»» trabajadores=»» manuales=»» un=»» 7%=»»>. Las enfermedades contagiosas son 2 ó 3 veces superiores en las clases sociales bajas que en las altas y las enfermedades crónicas son más elevadas en las altas.

Los aspectos de la clase social que guardan relación con la mortalidad son:


El nivel de ingresos ya que permite comprar protección y cura de enfermedades.
El nivel educativo pues ayuda a conocer formas de prevención de riesgos.

El progreso médico  permite el control de las enfermedades endógenas y la progresiva desaparición de las defunciones incrementará el % de personas de edad avanzada.

La disminución de la mortalidad ha incidido sobre todo en la población de edad joven


Otras defunciones no tienen relación con enfermedades: accidentes laborales, de tráfico, terrorismo, atracos, etc. pudiendo atribuirse al entorno económico-social. Los únicos accidentes no atribuibles al entorno económico-social son los debidos a fenómenos naturales: inundaciones, tornados, terremotos…

El término esperanza de vida, hace referencia a la edad más alta que los miembros de una especie pueden llegar a alcanzar.

Dentro de los componentes de la mortalidad existen dos aspectos biológicos:


La duración de la vida


La longevidad

Las innovaciones y avances tecnológicos hacen que los límites de supervivencia se sitúen cada vez en edades más avanzadas y las medidas sanitarias preventivas y curativas determinan en parte la longevidad. De aquí las diferencias entre países desarrollados y subdesarrollados.

El control de la mortalidad ha producido en todas las sociedades un aumento de la población. Hasta mediados del siglo XVIII la diferencia  de esperanza de vida de la humanidad era insignificante, acentuándose desde entonces las diferencias entre mundo desarrollado y en vías de desarrollo llegando a ser de 25 años entre las GM situándose en 18 en el 2001.

La esperanza media de vida al nacer en los países menos desarrollados es de 64 años con excepciones como Angola o Etiopía que no superan los 47 frente a los 78 o más en países desarrollados. En los países en vías de desarrollo, salvo China, la esperanza de vida es de 55 años (como el mundo desarrollado en los años 30). Con una esperanza de vida inferior a 50 años, el África negra se sitúa por debajo de la media general. En los países desarrollados es donde se vive más tiempo aunque en los nuevos países industriales de Iberoamérica y de Asia oriental como Hong Kong  se llega a los 78años.

El modelo de transición demográfica (W. Notestein -1940)


Teoría de la evolución de la población basada en la observación y descripción de la experiencia demográfica de Europa Norteamérica y Oceanía en los últimos 200 años.

El paso de un régimen demográfico primitivo, con elevadas tasas de mortalidad y fecundidad a un régimen nuevo con débil fecundidad y débil mortalidad, se conoce como “transición demográfica” para calificar esta fase de la historia de la población.

En la Teoría de la Transición, los niveles de mortalidad y fecundidad de una población dependen de su grado de modernización socioeconómica, indisociable del paso de una sociedad agraria a una sociedad industrial urbana. Este cambio estructural tienen una coherencia interna: el movimiento demográfico va unido a las manifestaciones del crecimiento económico siendo por tanto los parámetros demográficos indicadores de desarrollo.

El modelo explica la evolución de forma dinámica:


Etapa antigua (ciclo demográfico antiguo)


Natalidad y mortalidad elevadas con tasas superiores al 40%

Esperanza de vida baja (25 años)


Mortalidad infantil especialmente elevada


Aumento de mortalidad de forma catastrófica (guerras, epidemias, crisis de subsistencia)


Esta es la situación generalizada hasta fines del XVIII


Etapa de Transición

La fase inicial

I Revolución Industrial e inicio del ciclo demográfico moderno


La mortalidad catastrófica desaparece, la infantil disminuye, las natalidad se mantiene todo debido a los avances médicos, la anticoncepción, mejora del nivel de vida y cambios en costumbres y mentalidades.

En la fase intermedia

La mortalidad desciende aceleradamente


Aumento de la esperanza de vida (de mediados de XVIII a mediados XIX de 25 a 35 años)


La natalidad empieza a disminuir aunque la fecundidad sigue siendo alta por lo que hay excedente de nacimientos sobre fallecimientos y estructura poblacional joven.
Es el período de verdadera explosión demográfica.

La Revolución Industrial, posible por la mejora de la producción agrícola, proporcionó los medios tecnológicos y el dinamismo demográfico  que le permiten dominar el mundo y regular el enorme crecimiento de la población mediante la emigración.

En la fase final

La mortalidad sigue disminuyendo lentamente  y la natalidad desciende fuertemente, por lo tanto el crecimiento es reducido con una tasa media de crecimiento natural en torno al 1%.

Etapa moderna

El crecimiento es similar a la etapa antigua por las bajísimas tasas de mortalidad (10 por mil) y el descenso de la natalidad (15 por mil)

La fecundidad desciende aún más por la elevación del nivel de vida


Aumento espectacular de la esperanza de vida (78 años) unido a un envejecimiento de la población


Comienzo de una etapa de “involución demográfica” en la que la regresión de las tasas de natalidad y fecundidad (1,5%) son incapaces de asegurar el relevo generacional de la que sólo se puede salir con la población inmigrante.

El modelo pretende explicar la evolución de la población de cualquier país del mundo aunque exista disparidad en la cronología y duración de las fases, según el desarrollo económico.

La transición demográfica aparece como la última fase de los ciclos de evolución de la humanidad y como el aspecto meramente demográfico de un proceso de cambio complejo y multiforme.

Crítica: No explica las relaciones sociales que se producen tras las fluctuaciones de las tasas de natalidad y mortalidad, ni tiene en cuenta la migración, porque ha habido también:

Una transición económica que hace pasar a los países desarrollados del estadio agrícola al estadio terciario  Una transición espacial que hace pasar del estadio rural al urbano y Una transición migratoria que ha cambiado el proceso, extensión y forma de los espacios de relación.

Otros modelos demográficos

Tras la II GM, el espectacular desarrollo económico de las potencias afectadas propició una oleada de optimismo entre los años 1950-1960 ante la creencia de que la expansión desarrollista podía ser extensiva a todos los países en breve espacio de tiempo, gracias al avance tecnológico ininterrumpido.

Los gobiernos occidentales consideraban la población como algo exógeno del sistema por lo que en materia demográfica no se intervenía aunque la política social estaba orientada a la reducción de la natalidad mediante la difusión de la planificación familiar y leyes liberales sobre el aborto. El envejecimiento de la población es consecuencia de esa política. En los países marxistas, consideraban que las tendencias demográficas pasan bajo el control de las fuerzas económicas y sociales de forma que los problemas demográficos eran temporales en tanto no se reestructurasen las economías erradicando la pobreza.

A finales de los sesenta y principios de los setenta un análisis más crítico llevó a una actitud pesimista sobre los países industriales y  en vías de desarrollo. Surgen tipologías analizando la situación mundial en la relación población-recursos.







       –
Zelinsky (1971): división del mundo en 5 regiones

1.Tipo estadounidenseBasado en la tecnología, bajo índice de población/recursos

2.Tipo europeoTecnología pero alto índice población/recursos

3.Tipo brasileñoTecnología deficiente y bajo índice de población/recursos

4.Tipo egipcioDeficitario en Tecnología. Alto índice población/recursos

5.Tipo desérticoTecnología deficitaria y recursos insuficientes

Esta división quedó desfasada con las nuevas tecnologías, la caída del muro de Berlín y erradicación del comunismo en Europa oriental.

Desde 1973, la crisis económica e ideológica  ha puesto de manifiesto la incapacidad del capitalismo para solucionar los problemas de saturación del mercado y el desarrollo manteniendo el estado de bienestar.

Actualmente la relación crecimiento demográfico-desarrollo económico vuelve a ser tema de debate en el que destacan tres tendencias:

Nacionalistas, el crecimiento demográfico es un estímulo para el desarrollo económico.
Neo-malthusianos, mantienen la tesis opuesta.
Marxistas, sólo el modelo económico socialista resuelve los problemas demográficos.

En los países industrializados las investigaciones se centran en la idea de que el crecimiento demográfico tiene que mantenerse estable para que el desarrollo económico se produzca.

Políticas de población

Desde antiguo se ha intentado armonizar la relación entre la población y los recursos:


Recursos para los economistas incluye, además de los naturales, el trabajo, el capital, la empresa y otros factores. En este sentido población y recursos aumentan a la vez. Los recursos naturales en sentido estricto, no se consumen mientras no son explotados mediante agricultura o pesca evitando posibles daños o reparándolos. En cuanto a los mineros, químicamente son inagotables. Por tanto la Tierra se puede considerar un recurso permanente.

En el S.XVIII la Ley de Rendimientos de  Ricardo y la Ley de progresión geométrica de crecimiento de la población, frente a la progresión geométrica de los alimentos de  Malthus se mostraron pesimistas sobre los efectos de una población excesiva sobre el nivel de vida y en consecuencia la necesidad de un control de la natalidad.

Estas teorías tuvieron tal impacto que hoy en día continúa la polémica entre  malthusianos, neomalthusianos y antimalthusianos que se traduce en partidarios de poner límites al crecimiento poblacional y quienes creen que la población puede seguir aumentando gracias al desarrollo tecnológico.

A largo plazo, todo crecimiento, positivo o negativo, es insostenible (por inconmensurable o por llevar  a la desaparición). El objetivo de alcanzar una población estacionaria implica que a todo movimiento de descenso de fecundidad, sin llegar al umbral de reemplazo suceda un movimiento en sentido inverso y viceversa. Sin embargo hay una consecuencia inevitable: las deformaciones sucesivas de las pirámides de edad son difíciles de controlar económica y socialmente, es decir, toda oscilación alrededor del estado estacionario tiene un coste a considerar y son necesarias políticas de población.

Teorías sobre el crecimiento de la población

En el siglo XVIII, los avances en sanidad, higiene, medicina etc. pusieron freno a la mortalidad catastrófica. Este contexto de aumento de población propició el triunfo de la revolución industrial y se consideró un hecho positivo hasta que en 1798 Malthus planteó el aumento de población como algo peligroso abogando por la limitación del número de nacimientos entre los pobres mediante el matrimonio tardío o el celibato en “The Principles of Population”.

Los planteamientos de Malthus se basan en tres supuestos:


La población está limitada por los medios de subsistencia. La población crece invariablemente siempre que crecen los medios de subsistencia, salvo que lo impidan obstáculos poderosos y manifiestos clasificados en: privativos y destructivos. Los obstáculos privativos y todos los que ejerciendo un papel preponderante obliguen a la población a reducirse al nivel de los medios de subsistencia, pueden integrarse en tres clases principales: la repugnancia moral o abstinencia del matrimonio unida a la castidad total, como único medio aceptable de limitar el crecimiento de la población, ya que otro medio de control de la natalidad constituye una práctica viciosa. Obstáculos destructivos, uno son consecuencia inevitable de las leyes de la naturaleza y son designados con la palabra miseria, mientras otros nacen de los propios seres humanos, como guerras, excesos y otros males inevitables. Para Malthus la principal consecuencia natural del crecimiento demográfico es la pobreza y esto implica un peligro para la propiedad.

La teoría de Malthus no puede aplicarse más que a las sociedades tradicionales agrarias y en su base se encuentran varios errores sobre la evolución histórica:

El desconocimiento de los efectos del progreso técnico en el ámbito agrícola, pesquero e industrial. La idea de crecimiento indefinido de la población. El diagnóstico sobre los mecanismos de crecimiento demográfico moderno.

Réplicas a la doctrina de Malthus

El crecimiento de las poblaciones humanas en progresión geométrica no se ha cumplido en el 99% de la historia, sin necesidad de que la falta de recursos actúe como freno.

La experiencia ha demostrado que la producción agrícola puede aumentar más deprisa que la población, incluso en países en vías de desarrollo.

Para Colin Clark, Malthus decía lo contrario de lo que sucede pues la población es la que aumenta primero originando un aumento de la producción agrícola y no al revés.

La supuesta tendencia a la proliferación indefinida de la raza humana tampoco se sostiene. La evolución de las poblaciones modernas no obedece a las reglas del crecimiento exponencial sino que, por el contrario, describe una curva logística: la fecundidad se ajusta a la mortalidad, conduciendo así a una estabilización de los efectivos. Desde hace dos siglo en Europa y un siglo fuera de ella, el crecimiento demográfico es consecuencia , fundamentalmente, del descenso de la mortalidad ya que la natalidad no ha aumentado de forma importante, más bien se mantiene para garantizar la reproducción biológica y a veces ni eso.

La limitación de la natalidad

1830: ligado a la religión, se limita en EEUU la natalidad


1870: se extiende a  Inglaterra, Alemania y Suecia extendiéndose por el resto de los países del Norte y Centro de Europa Occidental y alcanzando los Países Mediterráneos Italia, España y Portugal en el primer tercio del siglo XX. Para Carlos Marx (1818-1883), la superpoblación no de pendía de la multiplicación biológica, sino de la forma de producción capitalista que estimula la acumulación del capital y mantiene un excedente de población que sirve de fuerza de trabajo barata. Hacia 1920-1930 se observa un descenso espectacular del número de hijos por familia en todos los países de Europa Oriental excepto en Rumanía.  En Japón se limitará a partir de la II GM. En países de África y Asia como Sudáfrica, la India, Taiwán, Singapur… se observan prácticas de control de la natalidad pero en el resto de los países no existe, al igual que en Latinoamérica salvo Chile y Argentina.

Las políticas demográficas de los gobiernos

Considerando la relación entre la población y los recursos, incluido el capital humano, como el tema central de la política demográfica, ésta se definiría como el conjunto de medidas adoptadas por el gobierno de un país dirigidas a producir cambios cuantitativos y cualitativos en los procesos demográficos, en la estructura demográfica y en la calidad de vida de la población. Estas medidas pueden ser de carácter preventivo, si se adelantan a un problema social que se supone próximo o bien, de carácter curativo si de lo que se trata es de solucionar un desajuste existente.

La política de población se desarrolló como política conservadora dentro del marxismo frente a maltusianismo y neomaltusianismo.

Hasta el período de entreguerras no  se manifiesta una política demográfica progresiva que no sólo busca el desarrollo económico global sino la disminución de las desigualdades sociales.

En la antigua política demográfica, se retrasaba la edad del matrimonio, se imponían cargas adicionales a los solteros y trabas a la emigración en relación con la idea de nación poderosa.

Tanto las políticas pro-natalistas de principios de siglo, como la de los antinatalistas, han sido generalmente fracasos.

Actualmente interesa conocer a qué factores se debe la disminución del crecimiento de la población (tecnología, contracepción, planificación familiar…) Según algunos demógrafos, los programas gubernamentales no intentan parar el crecimiento de la población, sino reducir las tasas de crecimiento  para luego permitir un desarrollo social y económico que, a su vez, produzca una reducción más drástica de la natalidad.

La mayoría de los países del Consejo de Europa han carecido de política demográfica concreta aunque las políticas sociales y económicas suelen tener efectos indirectos sobre la demografía: – En Austria, Alemania y Francia: es prioritario el derecho a tener el nº de hijos que se desee facilitando el Estado la infraestructura adecuada, proporcionando subvenciones etc.

– Para Grecia son preferentes medidas para conseguir la racionalidad en las migraciones internas y el retorno de los emigrantes residentes en otros países.

– En los países nórdicos, la igualdad de oportunidades laborales entre los dos sexos y las mejoras de las condiciones de vida para las familias con hijos o con ancianos a su cargo, sería el principal objetivo.

Respecto a las medidas referidas a las corrientes migratorias, los países receptores desarrollan políticas restrictivas.

La mayoría de los informes internacionales sobre la situación actual del mundo, incluyendo el “Global 2000” señalan 3 problemas principales para el desarrollo económico y social e incluso para la paz mundial:

Las altas tasas de crecimiento de la población La disminución global de los recursos La degradación creciente del medio ambiente natural y sociocultural

En la “Declaración de Colombo” (Sri Lanka-1979) se puso de manifiesto la creciente preocupación en todo el mundo por las enormes diferencias existentes entre países desarrollados y países en vías de desarrollo.

Las Conferencias Mundiales de la ONU

El problema demográfico se ha universalizado, y así lo muestran las Conferencias Mundiales de la ONU:


En 1946 se creó la “Comisión de Población” hasta la constitución del Fondo de las Naciones Unidas para las actividades en materia de Población (FNUAP).

Desde el inicio surgió una pugna ideológica en el seno de la Comisión de Población entre los representantes de países desarrollados, defensores del neomaltusianismo y los de países no desarrollados, partidarios de los modelos de crecimiento económico cuya radicalización bloqueó la asistencia técnica de Naciones Unidas a programas antinatalistas aunque gradualmente se impuso el apoyo a políticas de planificación familiar en  los países no desarrollados.

El acercamiento de posturas se consiguió  a través de Conferencias Mundiales de Población:



– 1ª Roma (1954)               de carácter técnico e informativo


– 2ª Belgrado (1965)


– 3ª Bucarest (1974), se abordan políticas a seguir adoptando tesis neomaltusianas

– 4ª Ciudad de México (1984), de carácter político. La mayor parte de los países no desarrollados optaron por la planificación familiar y el bajo crecimiento. EEUU cambió su postura declarando que el crecimiento demográfico es un fenómeno neutral y preocupándose por otros fenómenos demográficos, centrándose la conferencia en las soluciones para extender con éxito la planificación familiar y otros problemas como las migraciones económicas de la periferia al centro y el envejecimiento de los países desarrollados.

El informe Brundtland (1987) sobre desarrollo y medio ambiente fue el antecedente de la Conferencia de Río de Janeiro (1992)
sobre esta temática, involucrando a todos los países y organismos internacionales en un nuevo tipo de desarrollo y crecimiento económico bajo el calificativo de sostenible imprescindible en cualquier estrategia de acercamiento de la brecha desarrollo/subdesarrollo. En la Conferencia sobre población y desarrollo de El Cairo (1994)
se constatan los costes medioambientales del crecimiento económico del capitalismo periférico frustrado por la crisis de la deuda externa de 1982. Desde entonces la brecha Norte-Sur se ha incrementado y ha provocado un aumento  de la población en los países no desarrollados. Junto a la sostenibilidad en el desarrollo, se formulan  otros paradigmas como el desarrollo humano propugnado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). También se considera nuevo paradigma la cuestión de género, reconociendo una discriminación real  de la mujer respecto al hombre en términos de pobreza y desarrollo humano. En la Conferencia de Naciones Unidas sobre  Desarrollo Social, Copenhague (1995)
y la Conferencia Internacional sobre Mujer y Desarrollo de Pekín, se conceptualizaron  los paradigmas anteriores. De esta forma quedó revalidado el antimaltusianismo teórico y el neomaltusianismo práctico, pues cualquier estrategia de desarrollo pasa por el control del crecimiento demográfico.

La influencia del Banco Mundial en las políticas demográficas

El Banco Mundial, a través de su colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas para las actividades en materia de población (FNUAP) influyó  indirectamente en la política antinatalista impulsada por EEUU en los  países latinoamericanos.

El neomaltusianismo del Banco  prima las actuaciones externas sobre la dinámica demográfica y el beneficio de la inversión en planificación familiar por encima, a corto plazo, de la ayuda directa al desarrollo en base a 3 acciones:

Convencer de la prioridad de la contención del crecimiento demográfico acelerado en cualquier estrategia de desarrollo. Concentrar y priorizar la ayuda a proyectos de desarrollo social en aquellos que estimulasen la menor demanda de hijos. Conceder asistencia directa a programas de planificación familiar, a su extensión y a los servicios de salud relacionados con ella.

En 1982 se realizó una muestra sobre 26 países de la periferia con más de 15.000.000 h. sobre los índices de planificación alcanzados quedando demostrado que la desaceleración del crecimiento demográfico, no estaba vinculada con las mejoras en el crecimiento económico o el aumento del índice de desarrollo humano, es decir, que la reducción de la fecundidad no llevó aparejado ningún incremento de ingresos globales de la población.

Por tanto las políticas aplicadas en los 70 eran insuficientes  y era necesario un cambio de estrategia en la implicación del Banco Mundial.

La aportación la realizó e en la Segunda Parte del Informe sobre el Desarrollo Mundial 1984. Desde 1992, se han incorporado al discurso los nuevos paradigmas.

En la actualidad, el problema demográfico se plantea dentro de los procesos de desarrollo desigual del capitalismo  y de la población, articulados por el proceso único de acumulación de capital en sus diversas fases. Mientras haya capitalismo habrá debate demográfico, desarrollo desigual y polarización.

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